COMPROMISO OCTAVO
IMPRIMIR Y LLEVAR A CLASE DE MANERA INDIVIDUAL.
Las ideas políticas
Los cambios
que la economía venía produciendo en la sociedad desde el siglo XVIII abrieron
el camino para nuevas ideologías políticas: el liberalismo, el anarquismo
y el socialismo.
El liberalismo
Esta
ideología se basó en la idea de que la sociedad debía garantizar unas
libertades básicas a los ciudadanos, al tiempo que defendía la iniciativa
individual en los negocios. Según este modelo, el Estado tenía una intervención
limitada en la sociedad, y los gobernantes debían su poder al pueblo y no a
Dios, pues el poder político residía en la soberanía popular.
Se
instituía un Parlamento, donde se elaborarían las leyes y se
restringiría el poder del gobernante. Todos estos principios debían quedar
plasmados en una carta fundamental o Constitución. Los políticos liberales
del siglo XIX, aunque buscaron ampliar su representación en el gobierno, no
promovieron el voto universal e incluso algunos, aceptaron la monarquía.
El
liberalismo también defendió la libertad de cultos y de expresión. Filósofos
como John Stuart Mill, creían que existía una esfera propia, en la que
cada individuo podía actuar según sus convicciones y necesidades, sin que la
sociedad pudiera interferir.
El
liberalismo económico nació en 1776, con la obra La riqueza de las naciones del inglés Adam Smith, quien
defendía la libertad absoluta en el comercio, sin interferencias ni
regulaciones estatales, así el mercado se regiría por la ley de la oferta y la
demanda. Según esta teoría, gracias al interés y la iniciativa individual, toda
la sociedad se beneficiaría de la actividad económica particular.
Anarquismo
Es
una doctrina que promueve la anarquía o acracia, es decir, la autonomía de cada
individuo. Esta teoría defendía la idea de que los seres humanos tenían, por
naturaleza, unas relaciones sociales armónicas, que se alteraban por la
intromisión de formas superiores de organización. Según los anarquistas, el
orden social se podía mantener sin necesidad de una autoridad central, en cuya
ausencia, todas las personas recurrirían a la cooperación social. Por esto
promulgaron la supresión del Estado, la Iglesia y el Ejército. Sus principales
pensadores fueron Pierre Proudhon (1809-1865), quien creía que los
trabajadores tenían que controlar las industrias, y Mijail Bakunin (1814-1876),
quien creía que solo a través de la violencia se podía abolir el Estado.
La
principal crítica que recibe el anarquismo viene de la idea de que sin un
dominio acabaría reinando el caos en la vida humana. Sin embargo, esto es
refutado por los anarquistas, con referencias históricas, culturales y
científicas.
Las ideas socialistas
Las
difíciles condiciones sociales creadas por la industrialización, llevaron a
algunos intelectuales y obreros a criticar el nuevo modelo de organización
económica y social. Así surgió el pensamiento socialista, el cual cuestionó las
condiciones en el trabajo y la capacidad del sistema para acabar con la
pobreza, y propuso un control más democrático de la producción, en el cual se
privilegiara el interés colectivo sobre el individual. Las principales
corrientes fueron el socialismo utópico y el científico.
- Socialismo
utópico
Esta corriente centró su atención en
los efectos de la Revolución industrial sobre los trabajadores. Aunque aceptaba
la industrialización y el avance técnico, rechazó su forma capitalista por
explotar a los obreros y hundirlos en la miseria. Pensadores como el conde
de Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Owen propusieron una
nueva sociedad organizada en comunidades libres e igualitarias, con métodos de
producción en cooperativas. Estas comunidades ideales llevarían la abundancia a
todos sus miembros, y estarían basadas en fuertes lazos de solidaridad social.
Algunos de estos socialistas llevaron a la práctica sus ideas, creando pequeñas
comunidades obreras, como por ejemplo la ciudadela “Nueva Armonía” de Owen.
- Socialismo
científico
Sus principales exponentes, Karl
Marx y Friedrich Engels, se autodenominaron socialistas científicos,
ya que plantearon un sistema de análisis de la realidad, con soluciones
concretas y políticas para mejorar la situación de los trabajadores.
Marx y Engels se basaron en la
filosofía de los alemanes Hegel y Feuerbach, y de otros pensadores como Adam
Smith y David Ricardo para desarrollar una crítica de la sociedad. Esta crítica
se hace evidente en la obra más importante de Karl Marx, El capital.
Estos pensadores analizaron el
desarrollo del capitalismo, partiendo de la premisa de que todas las sociedades
están determinadas por el desarrollo de sus fuerzas materiales. Este análisis
se conoce como materialismo histórico. Luego, teniendo en cuenta la
historia política de mediados del siglo XIX, encontraron que los intereses de
los obreros o proletarios eran diferentes de los de la burguesía o
cualquier otra clase social. Ya que la lucha de clases era el
motor de evolución histórica de las sociedades, plantearon un enfrentamiento
entre burgueses y obreros.
Las premisas de este
pensamiento quedaron consignadas en El
Manifiesto Comunista de 1848. Según Marx, la lucha concluiría con el
triunfo de los trabajadores en una revolución, con lo que se liquidaría el
capitalismo y, tras una fase de dictadura, se establecería una sociedad
comunista liderada por el proletariado. Esta teoría también es conocida
como marxismo
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